viernes, 28 de marzo de 2014

Reseñas Cineblog: Los Siete Samurais

Filmoteca Regional de Murcia,  01 & 05 de Abril

“Los Siete Samurais” (Akira Kurosawa, 1954)

Tras unos años 40 en los que había cultivado con mano maestra el thriller policíaco y criminal (con films estupendos como “El ángel ebrio”, 1948, o “El perro rabioso”, 1949), y criticado en Japón por realizar un cine 'excesivamente occidental', el gran Akira Kurosawa, con su épica puesta en escena cargada de acción y planos inspirados en el western, se convirtió en el director nipón que más gustaba fuera de sus fronteras. Con "Los siete samurais" (habitual en los primeros puestos de las listas de las mejores películas de la historia) logró romper cualquier prejuicio hacia el cine oriental (la crítica ya lo había alabado por "Rashomon", 1950, por la que obtuvo el León de Oro en el Festival de Venecia) y llevar al público de todo el mundo a los cines para ver un film japonés ambientado en la época medieval. Kurosawa explora las costumbres del Japón feudal con una belleza plástica y una profundidad psicológica envidiable, además de dotar a la historia de una fuerza narrativa que te transporta a ese mundo de honor, drama, humor y acción.

            En el Japón del siglo XVI, una pequeña aldea es asediada periódicamente por saqueadores, les roban la cosecha y violan a las mujeres. Cansados de esa situación, deciden contratar a samurais para que los defiendan, aunque solo pueden pagarles con comida. Aunque al principio parece una misión imposible, consiguen convencer a un samurai llamado Kambei (Takashi Shimura). A partir de este comienza a formarse un grupo de siete samurais, liderados por Kambei, entre los que se encuentran Kikuchiyo (Toshiro Mifune), un joven arrogante que intenta hacerse famoso como samurai; el perfeccionista maestro de la katana Kyuzo (Seiji Miyaguchi); el inexperto pero valiente Katsushiro (Isao Kimura); el disciplinado y obediente Shichiroji (Daisuke Katô); el jovial Heihachi (Minoru Chiaki); y el honrado y experimentado Gorobei (Yoshio Inaba).

Aunque Kurosawa solía decir que la época medieval no le interesaba particularmente (a pesar de haber rodado obras maestras como “Trono de Sangre”, 1957, “Yojimbo”, 1961, o “Kagemusha, la sombra del guerrero”, 1980), la gran calidad y carisma de este fresco épico de aventuras, con más de tres horas de duración, hizo que se convirtiera en una influencia inmediata para el cine americano (el remake, "Los siete magníficos" de John Sturges, se rodó sólo seis años después y fue un éxito), creando una retroalimentación entre los grandes maestros del western que Sergio Leone después condensaría en su icónica ‘trilogía del dólar’ (“Por un puñado de dólares”, 1964, remake de “Yojimbo”; “La muerte tenía un precio”, 1965; y “El bueno, el feo y el malo”, 1966).  

           
- Para amantes de las grandes historias épicas, exóticas y universales.

- No pierdan el tiempo los que crean que el cine de acción es sangre y efectos especiales.

viernes, 14 de marzo de 2014

Reseñas Cineblog: La Mosca

Filmoteca Regional de Murcia, 18 y 22 de marzo

La Mosca” (David Cronenberg, 1986)

         Aunque hoy día un tanto olvidada, "La Mosca" supuso el zenit comercial (antes de la llegada, 20 años después, de “Una historia de Violencia”, 2005) de un David Cronenberg que llevaba 15 años haciendo cine de terror de autor: desde el underground más festivalero (“Vinieron de dentro de…”, 1975, con la que logró el premio al mejor director en Sitges) al cine gore perturbador e independiente (“Videodrome”, 1983). El director, conocido como el creador del ‘terror venéreo’, llevó este remake (del film de culto "La Mosca" de Kurt Neumann, 1958) a su terreno, al terreno de la 'nueva carne', la transformación física, la enfermedad y el paso a un nuevo estadio de la evolución como metáforas de la propia vida. Las constantes del cine de Cronenberg (las grandes instituciones como instrumentos de opresión social que utilizan a la población como conejillos de indias, las mutaciones como peligrosos beneficios rechazados por la sociedad o la locura y la psicosis como un mero estada mental más) se pasean por esta joya del terror de los 80.

         Seth Brundle (Jeff Goldblum) es un científico que, recluido en un destartalado almacén de los barrios bajos, que hace las veces de casa, investiga la teletransportación. Por inspiración de Verónica, una periodista (Gena Davis) con la que comienza a salir tras conocerla en una convención, Seth consigue que sus cabinas de teletransporte funcionen. Y para demostrarlo se introduce él mismo en una. Pero algo va mal, una mosca se mete junto a Seth en la cabina y el ordenador los funde en un mismo organismo. A partir de entonces el científico comenzará a experimentar cambios: desde un aumento de su fuerza hasta una serie de horribles cambios físicos que lo van acercando a la forma de un insecto gigante. Verónica tratará de poner algo de cordura en la mente atormentada y megalómana de Seth.

         Con el excelente trabajo de maquillaje de Chris Wallas (que logró el Oscar), la absorbente partitura de Howard Shore (habitual de Cronenberg), la oscuridad ‘in crecendo’ de la fotografía de Mark Irwin y una inolvidable interpretación de Jeff Goldblum en el papel que en los 50 hiciese el mítico Vincent Price; “La Mosca” se erige como un atractivo ejercicio de renovación del cine de terror según los cánones de ‘la nueva carne’ imprescindible para los que sólo conocen a Cronenberg por "Una historia de violencia" (2005) o "Promesas del Este" (2007).

- Para todos a los que les guste el cine de terror y ciencia-ficción con concepto.

- No pierdan el tiempo los que esperen un festín de efectos especiales y acción al estilo del cine actual.


viernes, 7 de marzo de 2014

Reseñas Cineblog: El cabo del terror y El cabo del miedo

Filmoteca Regional de Murcia, Sábado 15 de Marzo

“El cabo del terror” (J. Lee Thompson, 1962)

“El cabo del miedo” (Martin Scorsese, 1991)

 
        Tras rodar un clásico del cine bélico de aventuras como “Los Cañones de Navarone” (1961), el a menudo infravalorado J. Lee Thompson se embarcó con este oscuro thriller psicológico en un proyecto más intimista. En “El cabo del terror” Thompson desplegó toda su cinefilia, creando un film profundamente inspirado en el maestro Hitchcock: el uso de los ángulos de cámara pronunciados para describir estados perturbados de conciencia, la siniestra música (de Bernard Herrmann, habitual del orondo director inglés), la opción del blanco y negro (como Hitchcock en “Psicosis”, 1960), primeros planos y la contenida violencia subliminal que desprende la historia. 30 años después, un director cinéfilo por excelencia, Martin Scorsese, volvió a abordar la historia dando otra vuelta de tuerca al homenaje cinéfilo e intensificando la carga sexual y violenta (adaptándola a unos nuevos tiempos más insensibilizados) con “El cabo del miedo”. Aunque el film de Scorsese no esté a la altura del original (¿qué remake lo está?), si que logró un icono del cine moderno con algunas secuencias sobresalientes y una atmósfera e intenciones que volvían a remitir a Hitchcock, esta vez vía J. Lee Thompson.

         Max Cady (Robert Mitchum en 1961 y un desatado Robert DeNiro a la altura del original en 1991) es un expresidiario que ha pasado muchos años en la cárcel por abusos a una menor. Cady ha estudiado su caso durante sus años entre rejas y ha llegado a la conclusión de que su abogado, Sam Bowden (Gregory Peck y Nick Nolte), no hizo todo lo que tenía que hacer para defenderlo. Por ello, Cady comienza a acosar a Bowden y a su familia, pero de tal manera que la policía no pueda hacer nada, sin infringir la ley explícitamente. Las amenazas de Cady se van intensificando de tal manera que Bowden se ve obligado a acudir, primero a la polícía, después a un detective privado y por último a unos matones que han de darle una paliza. Pero su plan se vuelve contra el cuando Cady acusa a Bowden de la paliza que le han dado.

         Como claustrofóbicos ejercicios de estilo, generosos en suspense y terror psicológico, los films de Thompson y Scorsese se han hecho un hueco como films de culto gracias, sobre todo, a unas interpretaciones estupendas, con los durísimos Mitchum y DeNiro a la cabeza en contraposición a la honradez (manchada con cierta amoralidad hipócrita) de Peck y Nolte como padres de familia enfrentados a la impotencia de no poder defender a los suyos. El plantel de secundarios es igualmente sobresaliente: en 1961 tenemos a Telly Savallas (el televisivo “Kojak”) o a Martin Balsam; pero el remake de Scorsese, con su juego de referencias, recupera a Peck, Mitchum y Balsam (en otros papeles claro), además de las actuaciones de Jessica Lange, Juliette Lewis, Joe Don Baker o Illeana Douglas.


- Para aficionados a jugar a las diferencias entre original y remake.

- No pierdan el tiempo los que se agobian con poca cosa.