Aula de Cine & Filmoteca Regional, Miércoles 11 de diciembre
“Jasón y los
Argonautas” (Don Chaffey, 1963)
Partiendo de los cánones del peplum
fantástico (el cine de romanos, para entendernos, pero en su vertiente de
relato de las hazañas de héroes tipo Hércules o Ulises), “Jasón y los argonautas” se trasforma en un auténtico festival de
aventuras imposibles, gigantescos monstruos y escenas míticas (inolvidable e
hiperhomenajeada la secuencia de la lucha contra los esqueletos) gracias a la
firme dirección del artesano televisivo Don Chaffey (realizador en joyas como “El Prisionero”, 1967-68); y por
supuesto, debido a los geniales efectos especiales de un ya consagrado Ray
Harryhausen, que aquí también ejerce como productor asociado además de ser el
verdadero promotor del film (la idea original fue suya). La animación
‘stop-motion’ de los personajes animados se convierte en el auténtico
protagonista de esta delicia del espectáculo lúdico mientras el Gigante de Bronce,
las Arpías o la Hidra
de Lerna pasan ante nuestros ojos como reliquias de un pasado reciente.
La película cuenta la historia de Jasón
(Todd Armstrong), el rey legítimo de Tesalia. Cuando Jasón exige su trono al
llegar a la mayoría de edad, su medio-hermano Pelias (Douglas Wilmer) lo
embarca en la búsqueda suicida del mítico Vellocino de Oro. Jasón recluta a los
mejores guerreros de Grecia y construye un barco: el Argo (de ahí lo de los
Argonautas). En su viaje los dioses pondrán obstáculos que demostrarán el
carácter heroico de la expedición (como el memorable Tritón, hijo de Poseidón y
Anfítrite, que les corta el paso en un desfiladero), aunque Hera (Honor
Blackman), la mujer de Zeus, estará de su lado.
Tras dejar su sello en muestras del cine
de aventuras, ciencia-ficción y fantasía tan apreciables como “Surgió del fondo del mar” (Robert
Gordon, 1955), “Simbad y la Princesa ”, 1958), “Los viajes de Gulliver” (Jack Sher,
1960) o “La Isla Misteriosa ” (Cy
Endfield, 1961), Ray Harryhausen se erigió como el centro de esta película (de
la que él mismo dijo que era su preferida) en la que llegó a la cumbre de su
arte (aunque el fracaso de taquilla del momento del estreno desinflase muchos
sus expectativas futuras) y que sirvió también a Bernard Herrmann para
regalarnos otra de sus maravillosas bandas sonoras. Harryhausen se retiraría de
los efectos especiales con el nacimiento de los efectos digitales, su última
película “Furia de Titanes” (Desmond
Davis, 1981) fue un tour de force heredero del espíritu de “Jasón y los Argonautas” que se rodó solo un año antes de “Tron”
(Steven Lisberger, 1982).
- Para los que sepan apreciar los efectos
especiales tradicionales.
- No pierdan el tiempo los que dejaron
atrás a su niño interior hace tiempo.
Rubén Párraga Díaz - Cineblog.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario