Cine-Club
Pruden en Espacio K, Domingo 30 de Junio
“Bonnie
& Clyde” (Arthur Penn, 1967)
Descendientes de los fugitivos enamorados de “Solo se vive una vez” (Fritz Lang, 1937) y “El demonio de las armas” (Joseph H. Lewis, 1950); hermanos de Kit
y Holly, nihilistas de pocas palabras en “Malas
Tierras” (Terrence Malick, 1973); padres putativos de Sailor y Lula, de
Mickey y Mallory; y abuelos de las alocadamente existenciales jóvenes del “Spring Breakers” (2012) de Harmony
Korine; los violentos amorales románticos Bonnie & Clyde, a los que dan
vida unos jóvenes Warren Beatty y Faye Dunaway, se convirtieron gracias a sus
fechorías durante la Gran Depresión en todo un símbolo del inconformismo y la
antisocialidad de los movimientos alternativos surgidos durante los años 60.
Clyde Barrow (Warren Beatty) continúa su carrera delictiva tras salir
de la cárcel en los años 30. A él se une Bonnie Parker (Faye Dunaway), una
joven que cansada y aburrida de su pueblo decide unirse a Clyde, tanto criminal
como carnalmente. La banda irá creciendo con el hermano de Clyde (Gene Hackman),
su amante (Estelle Parsons) y el ingenuo C.W. Moss (Michael J. Pollard), y
juntos dejarán un rastro de muerte y agujeros de bala a lo largo de una América
marcada por la crisis económica mientras la policía les pisa los talones y los
medios de comunicación los ensalzan como héroes.
‘Road Movie’ criminal repleta de violencia y lirismo a partes iguales
(para el recuerdo ese escalofriánte y bello final), “Bonnie & Clyde”
funciona también como parodia-homenaje-revisitación de los films de gangsters
de los años 40 y 50 gracias a su recurrente humor negro. La historia de estos
fugitivos es travestida en una suerte de tragedia griega gracias al ingenioso
guión de David Newman (guionista de la saga de “Superman”) y Robert Benton (más
tarde director de éxitos como “Kramer contra Kramer”, 1979) que busca la empatía
hacia los criminales mientras trata a las fuerzas del orden como incompetentes.
- Para interesados en los orígenes del moderno cine
de acción con mensaje.
- No pierdan el tiempo moralistas convencidos y
amantes de la ortodoxia cinematográfica.
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