Filmoteca Regional, Ciclo 20 años sin Fellini. Lunes
23 & Sábado 28 de septiembre
“Amarcord” (Federico Fellini, 1973)
Tras 30 años de carrera cinematográfica como uno de
los guionistas y directores más importantes de Italia, tras 3 Oscars a la mejor
película extranjera (así como 9 nominaciones como guionista y director),
premios en Cannes y en Venecia, renovar el neorrealismo italiano, crear alguna
de las obras maestras más rutilantes de la historia del cine (“La Strada”, 1954, “Las noches de Cabiria”, 1957, “La
Dolce Vita”, 1960, o “Fellini 8½”, 1963); mientras
el cine italiano se lanzaba a una enloquecida conquista del cine de explotación
y de reivindicación política, Federico Fellini se enfrentaba a su recta final
artística con este cuento costumbrista y nostálgico sobre la pérdida de la
inocencia en los fascistas años 30 afectado por unas maneras oníricas e
irónicas en el que las obsesiones habituales del director (sexo, familia,
lenguaje, música, …) se mueven como peces en el agua.
El film sigue la historia de diversos personajes que
viven en Borgo, un pueblo de la Emilia-Romagna, durante las cuatro estaciones de
un año. Con un fino hilo argumental, Fellini nos va mostrando recuerdos y
anécdotas de su juventud a través del personaje de Titta Biondi (Bruno Zanin),
su familia (rotundo homenaje a la gran familia mediterranea), sus amigos (entre
los que se encuentra Alvaro Vitali, el famoso ‘Jaimito’) y otros entrañables
habitantes de Borgo (como la inolvidable y voluptuosa estanquera ). La realidad
y la ficción se entremezclan en un collage que explota la autorreferencia que
Fellini había convertido en su seña de identidad en los últimos años.
Gracias a la personalísima dirección de Fellini, en
la que se enfatiza el componente subjetivo del relato por medio de una
idealizada puesta en escena; la inolvidable partitura de Nino Rota mientras
aparece un trasatlántico en el pueblo o mientras el abuelo cree haber muerto
perdido en la niebla; y un excelente trabajo fotográfico de Giuseppe Rotunno; el
film se convierte en una película profundamente humanista en la que no falta la
complejidad conceptual (se puede ver como una sátira de los años precedentes a la Segunda Guerra Mundial y como
una conmovedora caricatura de la infancia), los innumerables hallazgos
estéticos, el humor, el drama, los sueños, el surrealismo y el esperpento.
- Para fans del cine europeo de autor más
nostálgico, onírico y visceral.
- No pierdan el tiempo los que crean las verdades
absolutas.
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