“Buda explotó por vergüenza” (Hana Makhmalbaf,
2007)
Con 8 años, en 1996, Hana Makhmalbaf
(hija del director iraní Mohsen
Makhmalbaf, responsable de films como “Kandahar”,
2001) dirigió su primer cortometraje como alumna de la escuela de cine que su
padre fundó en su propia casa. Con solo 14 años, Hana ya recibió una mención
especial en el Festival de Venecia por un documental en el que mostraba el
ambiente de rodaje de “A las 5 de la
tarde” (film dirigido por su hermana mayor Samira Makhmalbaf, y que logró
el Premio Especial del Jurado en Cannes). A los 18 años, ya estaba preparada
para dar su salto al largo de ficción, y lo hizo con la co-producción
franco-iraní “Buda explotó por
vergüenza”. Festivales como Berlín, San Sebastián o Roma se rindieron a
esta reflexión pacifista y profundamente humana sobre la educación (y como los
niños se comportan según aprenden de sus mayores) en la que sólo es necesario
un único escenario natural, actores no profesionales y mucho amor por lo que se
hace, para crear un film imprescindible.
La película está ambientada (y rodada) en
una árida zona central de Afganistán por donde pasaba la Ruta de la Seda , en un asentamiento bajo
lo que queda de las grandes estatuas de Buda que en 2001 el gobierno afgano
mandó destruir a base de dinamita y cañonazos. Seguimos durante un día a Baktay
(una sobrecogedora interpretación de Nikbakht Noruz), una niña de 6 años que
quiere ir a la escuela para aprender a leer y escribir. Pero no será tan fácil
debido al sometimiento de la mujer en la sociedad afgana y al fanatismo
religioso que impera en ese hostil entorno en el que parece que la única
esperanza de salvación se encuentra en la ingenuidad de una niña.
La joven directora nos muestra como un
entorno devastado por las luchas internas (religiosas y sociales) y por la
ambición externa (hacia el petróleo) crea gente inculta, intolerante y
frustrado A través de bellísimas imágenes, Hana Makhmalbaf construye una emocionante
historia cargada de simbolismo (en la que vemos las incongruencias del
comportamiento adulto en los niños) reforzando la calidad de la difícil
industria cinematográfica iraní (en Irán está prohibida cualquier forma de arte
que no sea religioso, así que directores como Abbas Kiarostami, Majad Majidi,
Bahman Ghobadi o la familia Makhmalbaf son considerados poco menos que
delincuentes).
- Para absolutamente todo el mundo, por
su valor humano y moral.
- No pierdan el tiempo los que necesiten
persecuciones, tetas o chistes de pedos.
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