Filmoteca Regional de Murcia, 01 & 05 de Abril
“Los Siete
Samurais” (Akira Kurosawa, 1954)
Tras unos años 40 en los que
había cultivado con mano maestra el thriller policíaco y criminal (con films
estupendos como “El ángel ebrio”,
1948, o “El perro rabioso”, 1949), y
criticado en Japón por realizar un cine 'excesivamente occidental', el gran
Akira Kurosawa, con su épica puesta en escena cargada de acción y planos
inspirados en el western, se convirtió en el director nipón que más gustaba
fuera de sus fronteras. Con "Los
siete samurais" (habitual en los primeros puestos de las listas de las
mejores películas de la historia) logró romper cualquier prejuicio hacia el
cine oriental (la crítica ya lo había alabado por "Rashomon", 1950, por la que obtuvo el León de Oro en el
Festival de Venecia) y llevar al público de todo el mundo a los cines para ver
un film japonés ambientado en la época medieval. Kurosawa explora las
costumbres del Japón feudal con una belleza plástica y una profundidad
psicológica envidiable, además de dotar a la historia de una fuerza narrativa
que te transporta a ese mundo de honor, drama, humor y acción.
En
el Japón del siglo XVI, una pequeña aldea es asediada periódicamente por
saqueadores, les roban la cosecha y violan a las mujeres. Cansados de esa
situación, deciden contratar a samurais para que los defiendan, aunque solo
pueden pagarles con comida. Aunque al principio parece una misión imposible,
consiguen convencer a un samurai llamado Kambei (Takashi Shimura). A partir de
este comienza a formarse un grupo de siete samurais, liderados por Kambei,
entre los que se encuentran Kikuchiyo (Toshiro Mifune), un joven arrogante que
intenta hacerse famoso como samurai; el perfeccionista maestro de la katana
Kyuzo (Seiji Miyaguchi); el inexperto pero valiente Katsushiro (Isao Kimura);
el disciplinado y obediente Shichiroji (Daisuke Katô); el jovial Heihachi
(Minoru Chiaki); y el honrado y experimentado Gorobei (Yoshio Inaba).
Aunque Kurosawa solía decir
que la época medieval no le interesaba particularmente (a pesar de haber rodado
obras maestras como “Trono de Sangre”,
1957, “Yojimbo”, 1961, o “Kagemusha, la sombra del guerrero”,
1980), la gran calidad y carisma de este fresco épico de aventuras, con más de
tres horas de duración, hizo que se convirtiera en una influencia inmediata
para el cine americano (el remake, "Los
siete magníficos" de John Sturges, se rodó sólo seis años después y
fue un éxito), creando una retroalimentación entre los grandes maestros del
western que Sergio Leone después condensaría en su icónica ‘trilogía del dólar’
(“Por un puñado de dólares”, 1964,
remake de “Yojimbo”; “La muerte tenía un
precio”, 1965; y “El bueno, el feo y
el malo”, 1966).
- Para amantes de las grandes
historias épicas, exóticas y universales.
- No pierdan el tiempo los que crean que
el cine de acción es sangre y efectos especiales.