Salón de Grados
de la Facultad
de Comunicación y Documentación
Martes 4 de Marzo,
16:00 horas
“Naves Misteriosas” (Douglas Trumbull, 1972)
Artífice de los efectos especiales
de obras maestras del género como “2001:
una odisea del espacio” (Stanley Kubrick, 1968), “La amenaza de Andrómeda” (Robert Wise, 1971) o “Encuentros en la tercera fase” (Steven
Spielberg, 1977), Douglas Trumbull debutó como director y productor con este
film de ciencia-ficción con mensaje ecologista que funciona como crítica social
y que 40 años después sigue despertando pasiones y odios por igual. En una
época en la que la sociedad comenzaba a tomar conciencia de su poder para
modificar la Naturaleza
y empezaba a hablarse de responsabilidad, sostenibilidad y conservación,
Trumbull llenó su film de conceptos filosóficos y morales que añadidos al ritmo
pausado del film espantó a los que iban buscando robots asesinos, alienígenes
monstruosos o platillos volantes; pero encantó a los que supieron ver más allá
de su género, al igual que había pasado con la obra maestra de Stanley Kubrick.
Freeman Lowell (Bruce Dern) es un
científico que vive en Valley Forge, una nave que gravita en la órbita de
Saturno. En ella (y en dos más), en unos gigantescos invernaderos, están
depositadas las últimas muestras de la fauna terrestre que se conservan tras
haberse extinto en la Tierra ,
para poder repoblarla en un futuro. Un día Lowell recibe la orden de
destruirlas todas, pero no está de acuerdo con la decisión de sus superiores y
decide huir con la nave. Ayudado por dos robots, que Lowell reprograma para que
se dediquen a la jardinería, intentará ir más allá de Saturno y para poner a
salvo lo que considera valiosos recursos naturales.
La destacable interpretación de
Bruce Dern (este mismo año, 42 años después, nominado al Oscar por “Nebraska” de Alexander Payne) se une
al efectivo (aunque algo lento en ciertos tramos) guión de Deric Washburn,
Michael Cimino (que años después triunfaría en los Oscars con “El Cazador”, 1978) y Steven Bochco (el
cual produjo en los 80 series como “Canción
triste de Hill Street” o “La ley de
Los Angeles”); a un genial diseño de producción en el que podemos encontrar
robots que parecen haber influido en George Lucas, ingeniosos gadgets, buenos
efectos especiales (lo que era de esperar) y un poético entorno selvático
flotando en medio del espacio; a una envolvente banda sonora de Peter
Schickele; y a un sórdida, y a veces casi onírica, fotografía de Charles F.
Wheeler.
- Para amantes de
la ciencia-ficción con mensaje.
- No pierdan el
tiempo los que esperan batallas estelares y viajes en el tiempo.
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