jueves, 21 de noviembre de 2013

Reseñas Cineblog: "La Quimera de Oro" y "El Gran Dictador"


Filmoteca Regional, Miércoles 27 & Jueves 28 de Noviembre

La Quimera del Oro” (Charles Chaplin, 1925)

“El Gran Dictador” (Charles Chaplin, 1940)
Dos días, dos películas, dos obras maestras, dos momentos en la carrera de uno de los grandes genios de la historia del cine. Cuando dirigió la ambiciosa La Quimera del Oro” Chaplin era una rutilante estrella de Hollywood, había dirigido más de 50 cortometrajes (algunos auténticas obras maestras como “The inmigrant”, 1917, o “A dog’s life”, 1918) y un par de largometrajes (su debut tras las cámaras, “El Chico”, 1921, había sido un colosal éxito de taquilla); a su habitual virtuosa comicidad física había que añadir una creciente complejidad conceptual, crítica y moral que convertía el film en atemporal. En 1940, cuando se estrenó “El Gran Dictador” (su primer film sonoro y su último gran éxito), Charles Chaplin era casi una reliquia anacrónica y el mensaje (en este caso una crítica sangrante al nazismo) había dejado de lado, sin abandonarlo completamente, el ‘slapstick’ y la comedia pura. Esta actitud lo llevó después a criticar el capitalismo (“Monsieur Verdoux”, 1947) o la persecución política (“Un rey en Nueva York”, 1957) y a ser acusado por ‘actividades antiamericanas’ y comunista, lo que hizo que tuviese que exiliarse en 1953.

Una de las características del cine de Chaplin es su contextualización en entornos hostiles de los que poder extraer el sustrato de la carga conceptual del argumento. Desde la Alaska de la fiebre del oro, en la que despiadados y rudos hombres buscan fortuna entre la nieve y donde se ocultan fugitivos de la justicia, hasta un trasunto de la Alemania bajo el poder de Hitler, donde ser judío era caminar por la cuerda floja. Y en ambos escenarios, Chaplin interpreta a un aparentemente débil y desgarbado personaje (ya sea un vagabundo buscatesoros o un barbero hebreo) al que las circunstancias van empujando a las situaciones más disparatadas.

Director, productor, guionista, protagonista y compositor de las bandas sonoras de ambos films, el genio de Chaplin alcanzaba cotas orgiásticas y parecía no tener límite hasta que la intolerancia y el miedo a lo diferente contra el que él mismo había arremetido en sus películas le puso las cosas difíciles (tras “El Gran Dictador” solo rodó cuatro películas en casi cuarenta años. Pero su herencia, la de un gran maestro de la comedia inteligente y contestataria, tuvo su continuidad con genios como Jacques Tati, Luis García Berlanga o Mario Moreno ‘Cantinflas’; y sigue viva en autores tan dispares como Roberto Benigni, Mike Judge o John Lasseter.


- Para cualquiera que no se haya rendido a la comedia burda y facilona.

- No pierdan el tiempo los amantes de los diálogos ingeniosos.

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