Filmoteca
Regional de Murcia, 9 & 10 de Abril
“El talento de Mr. Ripley” (Anthony Minghella, 1999)
“A pleno sol” (René Clément, 1960)
La novelista tejana
Patricia Highsmith publicó ‘El talento de Mr. Ripley’ en 1955,
inspirándose en un viaje por Europa que se había costeado con el dinero de la
adaptación al cine de su primera novela: ‘Extraños en un tren’ (llevada a
cabo por Alfred Hitchcock en 1951). Solo cinco años después, el reputado
director francés René Clément (“Juegos
prohibidos”, 1952) se puso al frente de “A pleno sol”, coproducción franco-italiana que capta a la
perfección la relatividad y la decadencia moral de la novela original. Un
perturbador y elegante thriller con un excelente Alain Delon (que saltó a la
fama gracias a este film, el mismo año que protagonizó otra obra maestra: “Rocco y sus hermanos” de Luchino
Visconti) y una agobiante atmósfera en la que los personajes se mueven con
imperturbable desdén. Anthony Minghella, a pesar de haber ganado un Oscar por “El paciente inglés” (1996), no era
René Clément; ni tampoco Matt Damon podía acercarse a la exuberancia de Alain
Delon; pero aún así “El talento de Mr.
Ripley” se reveló como un sólido drama criminal en el que las apariencias,
la mentira, la realidad y la ficción funcionan como caldo de cultivo para unos
personajes que rozan la sociopatía.
Tom Ripley (Alain Delon & Matt Damon) es un joven cazafortunas estadounidense
que es enviado por el millonario señor Greenleaf a buscar a su descarrido hijo a
Europa, a cambio de 5.000 dólares. Tom entablará amistad con Philippe (Maurice
Ronet & Jude Law), el descreído hijo, revelándole su misión y logrando
simplemente largas del joven playboy. Philippe tiene una novia en Italia, Marge
(Marie Laforêt & Gwyneth Paltrow), a la que no quiere abandonar, por lo que
nunca volverá con Tom a los EE.UU. Cuando el padre de Philippe decide que ha
pasado ya demasiado tiempo y que retira su oferta de los 5.000 dólares, Tom
llegará más lejos asesinando a su ‘amigo’. Después suplantará su identidad y
comenzará a moverse por los círculos por los que solía moverse Philippe.
Todo es encantador en el film de Clément, no sé si es la nostalgia de un
tiempo en el que se hacía cine de otra manera, pero lo cierto es que la banda
sonora de Nino Rota (responsable de partituras tan tarareadas como las de “Fellini 8½”, 1963, o “El Padrino”, 1972) es una pieza genial
creadora de suspense; la fotografía cegadora de Henri Decaë es inolvidable y la
atractiva puesta en escena del maestro es moderna e inquietante. Las
comparaciones son odiosas, pero es lo que tienes si decides dirigir “El talento de Mr. Ripley”, en la que
los actores se llevan la mejor parte (estupendos secundarios como Cate
Blanchett, Philip Seymour Hoffman o Philip Baker Hall dan más lustre a los
efectivos trabajos de los protagonistas) de un film rodado simplemente con
corrección (eso si con un equipo técnico y artístico de primera). En fin, dos
películas entretenidas, con las que pasar un buen rato, pero solo una de ellas
es una obra mayor.
- Para amantes del cine negro más atípico.
- No pierdan el
tiempo los que no estén interesados en la condición humana.